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Icaro, Paladin Caido

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Chronepsis's avatar
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Primera Parte:

Que tan bajo puede caer un héroe?
Lo suficiente como para perder su alma?

Y cuando sus reinos surgían y caían, mi vida se degeneraba a la amargura escualidez del crimen y la traición, mientras yo hacia lo imposible por recuperar todo lo que había perdido.

O era ya demasiado tarde?


Cuando era niño, mi padre solía narrarme historias de caballeros en brillantes armaduras, que dedicaban sus vidas a la persecución de un ideal por el cual lo daban todo, incluso la vida, ya que “no hay vida peor vivida que una vida sin honor”. Y desde niño, esa figura del justiciero errante permeaba mis sueños y embriagaba mis imaginaciones, me alejaba cada vez más de estas realidades y las otras, atándome a unos arquetipos demiúrgicos sobre una perfectibilidad que jamás habría sido yo capaz de alcanzar.
Tal era la belleza de mi juventud. Atándome a cadenas virtuosas que solo yo veía, era feliz, y así lo fui por mucho tiempo.
Pero cuando fue realmente el momento en que tome la decisión que cambiaría mi vida? Cual fue el momento en que mis ideales se demostraron tan falsos como los relatos de mi padre?
Dicha sea la verdad, nada es un proceso inmediato. Mi conversión fue gradual… Como la metamorfosis de una mosca.

O quizás soy yo el que no nació para una vida recta. Quizás un alma más fuerte que la mía habría soportado todas las penurias con las que he sido humillado, y las habría cargado todas como medallas al mérito en esta resplandeciente armadura que tanto anhelé… Quizás.
… ya es muy tarde para eso, ya no hay medallas o virtud, ni Honor en el sacrificio. No esta siquiera la armadura brillante, como señal de todas mis derrotas.
Porque esa es la verdad, soy un perdedor y un fracasado burlado, alguien a quien se le prometió pan, y terminó con solo harina seca. Porque no hay justicia para los locos, y a los locos no corresponde justicia alguna.
Pero he de añadir que no todo es culpa ajena. Por más que mi alma sufriera por la traición descarriada de sus seres amados, no hubo peor sufrimiento que el producido por mi obtusa mente al conceder el perdón a mis seres queridos, e ilusionarme con un regreso al Edén magnifico e incalculable, donde el pecado original no fue nada mas que una pesadilla en medio de la noche.
Si, lo recuerdo.
Durante esos días, por un tiempo… fui feliz.

Luego, siguió la caída.


-- Icaro, Paladin Caido.



Segunda Parte:

"... No, no me malentiendan. No envidio lo que era en vida, ni las virtudes de las que en ese entonces hacia yo alarde. Simplemente son las rememberanzas de una mente que ya no descansa. Que no puede ya descansar.
Mi existencia es ahora tan vacia como todo lo que se encuentra debajo de este armazon de huesos y jirones de carne, putrefactos por el fuego y el tiempo cruel.
Nada mas que una mera llama se enciende en mi pecho. Una llama que existia incluso mientras tenia vida, pero que ahora su voz e influencia son inquebrantables e indiscutibles.
Esta voz... Me recuerda cada insulto que he recibido. Cada afrenta que me han hecho. Cada impertinencia y cada uno de esos insulsos agravios que he debido soportar.
Me recuerda cada persona de la que debo vengarme.

Esta llama lo es todo para mi, y es todo lo que me queda. De ella obtengo cada gramo de mi fundamental existencia. El eter para mi alma. La guia para mi mente. La sangre para mi cadaver. Esta luz espectral me recuerda quien soy y a lo que estoy encadenado. Es la voz de mi conciencia y de mi razon, es aquella que siempre esta en lo cierto, y con cuyas palabras siempre lograre todo resultado propuesto.
Le debo todo lo que soy a esta voz de la genialidad, todo lo que soy y todo lo que sere.

No fue si no gracias a esta oriflama de ultratumba que revisite y comprendi los motivos de lo que ustedes llaman mi "caida" - que en realidad yo considero mi " ascenso" - con el error de mi inexperiencia juvenil, al creer esas falsedades que la propia mente le inyecta a uno en el consciente, para alejar de modo inseguro la verdad que en ese entonces me habria enloquecido, pero que ahora se arremolina sobre mi como angeles rapaces sobre mi cuerpo, para darme la bendicion final que necesito en mi ascenso a los infiernos.

No se trato de venganza.
No persegui a ese homicida por dos continentes, y lo desmembre luego de mutilar a su esposa e hijos torturandolos por dias, como el se lo merecia... por venganza.
No incinere toda la metropolis donde vivia, con todos sus habitantes, que aunque me tomo semanas, deje los cuerpos de esos imbeciles ciudadanos impalados ante los buitres carroñeros, solo por venganza.
No, no fue venganza.
Fue envidia.

Envidia de lo que habia hecho. Envidia de quitarme el unico placer que queria para mi. Envidia del privilegio que el me robo.
El no tenia derecho alguno de asesinar a mi amada Arlindien.
Era a mi el que le correspondia tal privilegio.
Era yo el que debia estrujar su delicado y suave cuello hasta que cada uno de sus huesos se separaran entre mis dedos.
Fue el el culpable de todo. El que me robo el unico placer que podria obtener en mi olvidada vida. Fue el el que me condeno a vivir para siempre encerrado en un cuerpo muerto y descompuesto.

Y por los dioses, como se lo agradezco."

-- Icaro, Paladin Caido.


Tercera Parte:


"No es que ya no sea el de antes... Solo soy diferente.
Ha pasado tanto tiempo... Ya no puedo recordar la sensacion que producen los objetos al tocarlos. El olor de las flores ennegrcidas de mi jardin no es mas que un recuerdo evanescente en mi memoria. Ya no tengo hambre... Nunca tengo hambre, como si estuviera siempre lleno del vacio que me sofoca. No puedo diferenciar si el Dia ya dio lugar a la Noche, si ya la luna es nueva, o si ya el sol es mas viejo. Todo momento es una consecucion incesante de los mismos momentos una y otra y otra vez. No puedo decir la diferencia entre el frio y el calor, entre la tela o la roca... No puedo recordar lo que significa amar a una mujer. Incluso, no puedo recordar cual es la diferencia entre hombres y mujeres.
Son solo carne que masacrar.
Yo, ya no tengo nada de eso.
La carne le ha dado espacio a la fuerza. La vitalidad le ha dado campo al poder. La conciencia le ha cedido su puesto, a la inmortalidad.
A pesar de que sea mas poderoso que cualquier ser sobre la tierra, que pueda comandar hordas de Guerreros Esqueleticos con el pensamiento, que con solo el chasquear de mis dedos pueda invocar explosiones de los abismos, que pueda matar con una sola palabra y que los hechizos convencionales sean inutiles ante mi presencia, no estoy satisfecho.
Hace tan solo 400 años, no me importaba que todo esto fuera sin significado. Me vangloriaba de mis meritos, y de ese modo estaba mas que satisfecho.
Pero estoy siempre solo en mi castillo.
Un castillo tan viejo como yo, e igual de destrozado. Docenas de Guerreros esqueleticos a mi servicio patrullan cada corredor de mi fuerte. Y ni uno solo quiere pronunciar verbo. Recuerdan sus vidas pasadas. Recuerdan Las vidas que les arrebate, y por eso me odian. Me odian, y me necesitan.

Y claro esta, tambien estan ellos.
El Principe y su Señor de los Fosos.
Que encaminan cada accion que debo tomar, que controlan cada uno de mis pensamientos. Desde el principio de todo, ellos estuvieron ahi, dirigiendo todos los eventos. Fueron ellos los que orquestraron mi ascenso, ya que necesitaban una espada que blandir contra los ejercitos celestiales en esta tierra.
Y ahora, justo ahora, me han encargado mi proxima mision. La que me concedera descanso... si es que acaso se le puede llamar descanso a pasar eternidades sentado en el mismo trono sin jamas cambiar de posicion, claro esta.
He de partir con mis 17 guerreros y dirigirme sin perder el tiempo hacia Khurin-Azur en las profundidades.

Y el objetivo de mi mision sera revelado alli.

...
Como odio a ese par de titireteros.
...

Y como Odio ser yo el titere.
Por eso no estoy satisfecho. Es imposible que alguien como yo este obligado a servir a otro ser!
Es inconcebible que alguien con mi poder este atado a simples demonios de los infiernos!

Pero solo es cuestion de tiempo.

Ahora, llamare a Kharasshix...
Y cabalgare por la noche, mientras que con la crin llamenate de ella, podre alegrarme de estar muerto."


-- Icaro, Paladin Caido.


Cuarta Parte:

" Kharasshix... Muerta.
Los 17 craneos sonrientes de mis guerreros... solos bajo las estrellas, felices de que al fin son libres de mi garra inmortal.

Y ellos.
Quienes eran? Sera posible que el Demonio me coloco un encargo para deshacerse de mi?
No... lo dudo mucho. Solamente arriesgaria a ese estupido de Malyaurigibiex, y se comeria dos peones con una jugada.
No, esto realmente se esta escapando de sus manos.

Quienes eran? No se detuvieron. No huyeron como todos los otros cobardes, al ver como el destino de ellos, era morir uno a uno de un modo mas horrible que el otro. No tuvieron miedo, y sin embargo, no actuaron con estupidez. No cayeron en combate, pero tampoco se retiraron en la deshonra.
El elfo, el joven elfo, parecia muy determinado en sus acciones. Lloro mucho al ver que su amiga nunca mas podria abrir los ojos, y aun asi, transmuto sus debiles y perecederas lagrimas en Ira pura y destructiva. Lucharon como si no solo sus vidas fueran a acabar en ese momento. Lucharon como si realmente les importara.
Que fue lo que les motivo?

Ese elfo... tenia un rostro muy familiar.
Se asemeja mucho a aquel individuo... A aquel Angel. El Angel de la ciudad.
Lo recuerdo bien.

Acababa de Inmolar el ultimo aldeano, cuando el llego.
Pense que era un Angel, cuando lo vi. Con las alas blancas, el cabello dorado, y los ojos color jade.
Pense que era un Angel, porque se acerco hablandome de Redencion, de Perdon, de Justicia y Esperanza.
Y tengo que ser sincero, en ese momento le crei. Le crei, y cai a sus brazos, implorando el perdon del misericordioso Dios que nos ama a todos por igual. Le pedi perdon por mis acciones, le suplique empapado de lagrimas por la redencion de mis pecados y llore por cada vida que habia cegado ese dia.
El Angel me tranquilizo, me aseguro que Dios estaba dispuesto a perdonarme. Que yo podia resarcir mis crimenes contra la vida misma. Solamente tenia que encomendarme a el en alma y cuerpo, dedicandome a una purificadora encomienda que iba a resarcir a mi alma de toda la esperanza perdida. Y yo acepte, le dije que eso haria, y que haria justicia en nombre de Dios y el mundo. Que aunque debiera sacrificarme, no fallaria esta vez.
Pero el Angel me observo. Y me advirtio de algo que yo temia, pero no queria escuchar. Me ordeno dedicarme inmediatamente a la encomienda, y abandonar, por mi propio bien, mi busqueda de venganza.
Titubeando, yo lo observe confundido, y le pregunte "No es voluntad de Dios que haga justicia por mi amada?" y el Angel contesto "Todo lo sucedido es Voluntad de Dios. El te hizo una prueba, y tu la fallaste. No supiste entender la diferencia entre amar y necesitar; Y a la vez, nunca aprendiste la diferencia entre la justicia y la venganza."
Y eso fue todo. Lo que yo creia que era un angel, perdio sus alas en ese momento ante mis ojos. El no podia entender. Ni Dios mismo podia entender. Dios, ese ser tan cruel que jugaba con la vida de mis seres amados y con la mia, solamente para justificar cada accion egoista que toma como "una prueba a la que debo someterme". Dios, esa horrible y vil creatura que me condeno a buscar el asesino y a convertirme en un asesino yo. Y el Angel no comprendio. Penso que realmente seguiria con el proyecto por ellos planteado incluso despues de tal insensatez! Y cuando me le acerque con la rapidez de un rayo, no tuvo ni chance de respirar. No tuvo chance de moverse. El Guantalete le penetro carne, huezo y corazon, dejandolo solo con una marejada de sangre que escupirme en la cara. Sus ojos se opacaron, su cabello se apago. Y yo le arranque las alas con mis manos desnudas.
No fue solo cuando estuvo despedazado en el suelo, con la carne roja por su propia sangre que pudo proferir verbo; Me observo sorprendido, y dijo muchas cosas, que ninguna escuche. Me reclamo. EL me reclamo por mis acciones, y se sorprendio que rechazara la unica oportunidad de redencion que me quedaba, agregando a su retahila de incoherencias que ni mi fe en Dios, ni Dios, ni el tenian porque pagar que el mundo fuera de ese modo, y ese, era el destino de todo.
Y fue entonces cuando levante ese cadaver viviente por el poco cabello que le quedaba, y le hable directo a los ojos; Si - Le dije mientras le escupi entre los ojos - Si, tu y todos ellos son los que tienen que pagar porque todo haya terminado asi. Tu y el resto del mundo, han de pagar porque todo sea de este modo! Tienen que pagar ustedes, porque yo soy un asesino, porque soy el mas horrible, mas ridiculo, insignificante, estupido y envidioso gusano entre todos los gusanos que pueblan la tierra, pero que, y solo el diablo sabe porque, nunca se siente avergonzado de ello, mientras que durante mi vida tengo que soportar todos los insultos, ofensas, daños, humillaciones e idioteces de cualquier imbecil que simplemente no es mejor que yo! -- Ese, es mi destino. Que me interesa que no entiendas NADA de lo que te esta sucediendo?

Y con una mueca de Dolor, que hasta entonces habia ocultado, el falso angel expiro. Sus extremidades cercenadas, su cuerpo desgarrado y totalmente deforme, con ni un gramo de la regalidad y belleza con la cual se habia presentado ante mi.
Es su craneo el que tengo engarzado en mi Mandoble.

Y fue su rostro lo que recorde al observar el joven Elfo. El mismo rostro de dolor. La misma mirada de dolor sofocante y desgarrador. Y sin embargo, no fue el al que habia atravezado. Fue como si en vez de atravezar a la elfa, lo hubiera atravezado a el. Su rostro, me recordo el rostro del angel mutilado.
Y es exactamente eso lo que me sorprende. El tenia su cuerpo entero, y el angel no.
Pero de igual manera, nuestro combate fue interrumpido, y nuestros problemas parecen aumentar.
Hay muchas cosas que me extrañan.
Quien son ellos? Que tienen que ver con la "mision"? Que fue lo que les poseyo al punto de luchar alimentados por esa ira irrefrenable?
Y sobre todo, porque Malyaurigibiex se nego a explicarme con claridad la verdadera utilidad del artefacto que busco, El Corazon del Principe Oscuro?"

-- Icaro, Paladin Caido.



Quinta Parte:



" El elfo me observa, con cara confundida, y me pregunta "QUE?"
Y yo, impaciente, le repito una vez mas:

Quierase creer o no, el asesinato del angelical farsante no produjo mi inmediato ascenso a las legiones infernales. Nuestro misericordioso Dios, supo comprendeer mi pecado de paciencia (algunos lo llamaran pecado de violencia) y ofrecerme una ultima oportunidad. Un ultimo anzuelo con el cual pescar mi alma del foso de virtuosidad en el que me encontraba sumergido.
El, me hizo vagar desprocupado luego del homicidio del asesino, su familia, su ciudad y el angel mentiroso.
Buscaba algo que me aplacara, ya que mi cuerpo funcionaba, pero mi alma se habia ido. Era como congelar el resto del mundo, y olvidar que todo estaba mal. Vivir estancado en una rememoranza espectral del Eden perdido. Mis dias pasaban sus dias recordando dias anteriores. Mi vida esperaba el regreso de una vida ya perdida.
Que curioso...
No lo habia pensado hasta ahora... Pero en ese entonces, fue cuando realmente mori. Estaba muerto en vida, esperando un motivo para renacer.
Curioso que ahora vivo estando muerto.
Y encontre un motivo para volver, claro que lo encontre.
Una mañana desperte en un lecho comodo, sin idea de como habia llegado alli. Cuando abri mis ojos, pude ver su cabello rojo junto a mi rostro, y oler su suave aroma a aguas exoticas que utilizaba para asearse cada mañana, un aroma que hasta hoy no puedo - ni quiero - olvidar.
Estaba viva.

Cada hora tenia la misma intensidad de los dias. Las semanas significaban tanto como meses.
Por dios, realmente pense haber obtenido el perdon divino, y dedique cada uno de los 90 dias en que fui feliz, solamente a contemplar la luz cegadora que destellaba de sus radiosos ojos.
Mi familia y amigos ya no me despreciaban, mi honor seguia sin mancha alguna, mi amada aun podia respirar, y por esos dias, la voz en mi cabeza callo su parla emponzoñada para dejarme escuchar los cantos de alegria.
Si pudiera recordar con claridad, hasta me atreveria a decir que durante ese tiempo, fui feliz.

Pero Dios es un vil embustero, y sus obras son obras de miseria, y sus acciones son acciones de desgracia.
Con el pasar del tiempo, inicie a preguntarme. Como podia ser todo eso posible? Porque parecia que todas mis desgracias no eran mas que pesadillas en una noche de noviembre? Porque todos los motivos de jocosidad que tenian, parecian programados, casi mecanicos, a solamente encajar con un recuerdo, pero no algo real?
Cuando acepte que nada de eso podia ser cierto, todo se desvanecio, como polvo en el viento.
No era real.

Un hechicero, un mago ilusionista, me habia tomado prisionero y con los recuerdos grabados en mi memoria, tenia mis ideas atrapadas fuera de mi cuero, mediante la promesa de mi mundo idilico deseado, el regreso al Eden que yo añoraba y que jamas regresaria.
Miseria y Desgracia, se podia ser mas ingrato?
Con mi mente ya bajo mi propio control, escuche la voz de Dios mismo todopoderoso en mi cabeza.
Esa, era mi ultima oportunidad.
El mago era el soberano de la enorme ciudad en la que yo era prisionero, y el, temoroso de lo que un devastador como yo podria hacerle a su reino, me habia capturado e inutiizado.
La voz dijo que si el Rey Ilusionista moria, en el caos del Nuevo Gobierno, una ciudad cercana invadiria esta ciudad. La resultante guerra mataria a miles, y de la guerra, emergeria una plaga que diezmaria a mas de la mitad de la poblacion del entero continente.
Entonces, por un momento, lo vi. Pude contemplar con mis ojos el fluir de la historia y el pasar del tiempo. Frente a mis ojos paso toda la consecucion de eventos con su orden; Mis maos alrededor del cuello del Rey, el luto nacional, los senadores discutiendo, un espia enemigo, un Rey en un discurso militar, unos soldados con otro tipo de armadura marchando hasta las puertas de esta ciudad, la guerra, la destruccion, la plaga, la enfermedad, la desesperacion y la ruina... La muerte de todo.
Todo fue claro para mi. Pude finalmente comprender las consecuencias de mis acciones, y analizar su impacto a lo largo de toda la historia por venir, que estaba definiendo su curso justo en medio de mis manos.
Y puse mis dedos alrededor del cuello del embustero... y estripe, estripe y estripe hasta que le saque el alma del cuerpo a patadas.
Nada de lo que vi me podia importar menos,

Al salir de la prision, subi a la cima de una colina, decidi burlarme por ultima vez de Dios. El habia confiado en mi, y yo le habia fallado. No solo a el, si no qu ele habia fallado a mi familia, a mi nacion, a mi amada e incluso a mi mismo. Y por eso, es que ese Dios vengativo probablemente me pediria mi ultima verdadera posesion. Ya que no existia nada mas que ese Dios cruel pudiera arrebatarme, me quite la vida mucho antes que esa mezquina divinidad pudiera decidir que hacer con ella.
Me colgue. Me colgue de la rama de un higueron muerto. Los higuerones, esos enormes arboles que al morir, permanecen en pie, vivos por fuera, secos por dentro.
Ahora comprendo.... Yo tambien era un Higueron.

Y Mori.

No fue hasta la mañana siguiente que desperte, con un cuervo masticando los ligamentos de mi ojo hacia mi cerebro, mientras que en mi brazo fuerte un nido de larvas cavaba su madriguera y su alimento en el interior de mi carne, que al parecer, alguien habia incendiado en el transcurso de la noche, a mi y al higueron seco.
Desde entonces, no he vuelto a dormir.

Eso es lo que sucede, Ahora, encontrandome al umbral de la "Puerta al Destino de Todas las Almas", es que recuerdo con claridad mi muerte. Y puedo recordar la muerte de cada una de las personas que cayeron ante mi, y como yo las humille en su ultimo momento de dignidad.
Y es ahora tambien, como me percato de la fragilidad de la mente mortal, obligada a vestirse de sombras para no trepidar como la llama de una candela en medio de un vendaval.
No existio envidia, era venganza.
No existio venganza, era solo ira.
No existio perdon para mi, solo la ilusion de la redención.

Por eso, ahora que toda mi vida ha desfilado frente a mis ojos, es que puedo comprender.

Tu rostro, elfo, no me recordó al del Angel moribundo.
Me recordaba al mio,
Me recordo el mio, luego de mi crisis de existencia, me recordo el mio luego de mi desesperacion, que tuve al sucumbir ante todas mis crisis de ira, y negarme ante el resto del mundo para poder seguir observando el reflejo en el espejo.
Si yo tuviera ahora un rostro, probablemente te recordaria al tuyo propio en aquel dia.

Y es por eso que me pregunté, y que te pregunté, Elfo:
Que tan bajo puede caer un héroe?
Lo suficiente como para perder su alma?

Y cuando sus reinos surgían y caían, mi vida se degeneraba a la amargura escualidez del crimen y la traición, mientras yo hacia lo imposible por recuperar todo lo que había perdido.

O era ya demasiado tarde?


Cuando era niño, mi padre solía narrarme historias de caballeros en brillantes armaduras, que dedicaban sus vidas a la persecución de un ideal por el cual lo daban todo, incluso la vida, ya que “no hay vida peor vivida que una vida sin honor”. Y desde niño, esa figura del justiciero errante permeaba mis sueños y embriagaba mis imaginaciones, me alejaba cada vez más de estas realidades y las otras, atándome a unos arquetipos demiúrgicos sobre una perfectibilidad que jamás habría sido yo capaz de alcanzar.
Tal era la belleza de mi juventud. Atándome a cadenas virtuosas que solo yo veía, era feliz, y así lo fui por mucho tiempo.
Pero cuando fue realmente el momento en que tome la decisión que cambiaría mi vida? Cual fue el momento en que mis ideales se demostraron tan falsos como los relatos de mi padre?
Dicha sea la verdad, nada es un proceso inmediato. Mi conversión fue gradual… Como la metamorfosis de una mosca.

O quizás soy yo el que no nació para una vida recta. Quizás un alma más fuerte que la mía habría soportado todas las penurias con las que he sido humillado, y las habría cargado todas como medallas al mérito en esta resplandeciente armadura que tanto anhelé… Quizás.
… ya es muy tarde para eso, ya no hay medallas o virtud, ni Honor en el sacrificio. No esta siquiera la armadura brillante, como señal de todas mis derrotas.
Porque esa es la verdad, soy un perdedor y un fracasado burlado, alguien a quien se le prometió pan, y terminó con solo harina seca. Porque no hay justicia para los locos, y a los locos no corresponde justicia alguna.
Pero he de añadir que no todo es culpa ajena. Por más que mi alma sufriera por la traición descarriada de sus seres amados, no hubo peor sufrimiento que el producido por mi obtusa mente al conceder el perdón a mis seres queridos, e ilusionarme con un regreso al Edén magnifico e incalculable, donde el pecado original no fue nada mas que una pesadilla en medio de la noche.
Si, lo recuerdo.
Durante esos días, por un tiempo… fui feliz.

Luego, siguió la caída.




Por Dios.



La única cosa decente que hize en mi vida, fué suicidarme."

-- Icaro, Paladin Caido, frente a Eroifes, Campeon Elfico.


Ultima Parte:



El mago no podia creer lo que oía.

Frente a el, su mejor amigo y camarada, Eroifes el Danzahechizos, decidido a tomar venganza... Frente a el, el Caballero de la Muerte, y las increibles palabras que brotaron de ese armazon de carne descompuesta y perversidad.

"No condenen sus almas inmortales solo por mi.
No les impediré avanzar... Asi que prosigan con su misión."




Icaro observo el portal cerrarse, y simplemente se desplomo sobre sus pies. Ya sabia lo que le correspondia. El marmol blanco del suelo inicio a empañarse, mientras Icaro observaba los nubarrones amarillentos que se levantaban del suelo, y supo con solo observarlos, que si pudiera olfatearlos apestarian a sangre y azufre.
El caballero levanto la mirada y observo entre las emanaciones tóxicas como el aguijon prolongado y puntiagudo se asomaba entre el gas, goteando un liquido purulento, justo en frente de una figura ciclopea, masiva, con garras afiladas y venenosas, y un rostro reptiliano que parecia estar hecho por un mosaico de scamas fétidas y putrefactas, coronadas por una serie de cuernos y tumuraciones repulsivas que se alternaban continuamente por todo su craneo hasta el final de la espalda y piernas.
Malyaurigibiex

El horrible demonio de los fosos tomó su forma fisica justo frente a Icaro, e Icaro no pudo escuchar la misma rethaila de reclamos e insultos que escuchaba siempre que se negaba a hacer lo que se le imponia. Curiosamente, pensó, no había notado hasta hoy que esa voz, esa voz tan molesta y mentirosa, era muy semejante a la de Malyaurigibiex... No, esta vez, su mente estaba en otro lado. Se habia perdido siglos atras, junto a una promesa al lado de una cascada; Una promesa y una oración, ahora vacía, que en ese entonces habian marcado el destino de su vida hasta este mismo Día. "La metamorfosis de una mosca" - Pensó.
El enorme demonio se acerco al Caballero, destruyendo el suelo de marmol con sus largas y afiladas patas, dando un rapido azote de su cola, arrojó a Icaro hasta la columna al lado del portál. Icaro no reaccionó, pero por fín entendió. Con 460 años de atraso, se colocó de pié, y le contestó al Demonio de los Infiernos, casi como si este le hubiera hecho una pregunta: "No. Todo este tiempo, he sido engañado por mi mismo, y por ustedes: Sin siquiera un poco de fé, la cruz de hierro que lleva el clérigo, es solo hierro. Y las mentiras se alimentan de nuestra poca fé, herrumbrando la cruz, dejando solo aquello que ha muerto. Solo hasta ahora, luego de que ya he perdido mi alma, soy capaz de entenderlo"
El demonio se detuvo sorprendido, casi como si no se esperara ese comportamiento del Despreciable Muerto Viviente. Trató de entender el significado de sus palabras, pero fue en vano. Nunca habia escuchado algo tan insensato e incomprensible.
Finalmente, se percató de lo que era: Una broma. El Imbécil de Icaro estaba siendo cómico en sus últimos minutos de existencia. Que patético finál, pensó el, muy digno de alguien tan patético que fue lo suficientemente debil como para condenar su alma por las propias ambiciones.

Y Entonces la vista de Icaro se desnubló. Observó al demonio directo a los ojos, reflejandose en él, y no vió un cuerpo muerto envuelto en una armadura ennegrecida. Observó su rostro joven y soberbio. Observo sus facciones jovenes, en el momento en que el se creía a si mismo un "Perfecto" Guerrero del Señor. Y comprendió cuando fue realmente su caída, y comprendió lo que significaba "caída" como tal, no como un premio, si no como una vergüenza; Su caída no fue cuando asesinaron a su Amada, ni cuando el asesino al responsable. No fue cuando destazo sin piedad al Angel, ni cuando ahorcó al pobre Rey en su trono. Mucho menos cuando era el aquel que guindaba de una soga debajo de un Higueron.
Su caída, fue cuando el era un Paladin de verdad. Cuando el luchaba por lo que creía justo, pero justamente no creía en lo que luchaba. Y por creer en el hierro, fué su caida. Y su vida, tan vacia de virtud y dignidad terminaba de un modo muy similar a como todo habia iniciado; Sin virtud, ni dignidad.

"No." - Dijo el, mientras caía de rodillas, y arrojaba su herrumbrado yelmo lejos de su cara - "No será así! Eso es algo que no me pueden quitar! Puede que me haya humillado, rebajado, despreciado y escupido, pero hay algo en la vida de todo ser, hay algo en el fondo de toda alma, que nunca se le podrá arrebatara nadie! Una fracción minuscula de cada uno de nosotros, algo tan insignificante, pero enorme, que sin importar quien sea yo, eso es algo que ni tu, ni tu señor de los infiernos jamas me han arrebatado! Soy Señor De mi Propio Destino, y haré lo que me plazca con él."
Y añadó, con el poco aliento que tenia, mientras trataba de colocarse en pié: "... No moriré de rodillas ante nadie."
Y cuando su mano fue a buscar su rostro, para no morir a cráneo descubierto, lo que encontró fue carne.

Y tuvo hambre. Mucha hambre, ya que no habia comido en siglos. Sintió el frío contácto del marmol bajo sus piés, y pudo asquearse ante la fetidez producida por el Demonio allí presente. Sintió su cuerpo resentirle cada uno de los años, mientras que su arrugada piel reflejaba un cuerpo castigado por el tiempo, mas no terminado por la vejéz.
Mas Icaro no tuvo tiempo de disfrutar cada una de estas nuevas viejas sensaciones, ya que por primera vez desde que habia tomado armas, se sintió bien consigo mismo. Pudo aceptar la responsabilidad sobre sus acciones, sin culpar de sus desgracias a nadie, pudo finalmente comprender el significado del todo como un uno, y encontrar algo que en vida nunca tuvo.
Finalmente, Icaro sintió paz hacia si mismo, y hacia los demas.
Se sintio en paz por todo lo sucedido, incluso al saber que su alma estaba por siempre condenada debido a sus acciones, y así lo aceptó él.
Se Sintio en paz incluso luego de todo el tiempo pasado a lamentarse sobre las propias desgracias, alimentado por las mentiras envenenadas de los demonios y los malos pensamientos.
Se Sintió en paz, incluso cuando Malyaurigibiex le abrió la caja toráxica en dos, y aplastó cada uno de sus organos vitales solo para acerciorarse de que Icaro, el Paladin Caído, estaba de una vez por todas, muerto...

... Obteniendo, de ese modo, el poco descanso que un alma torturada como la de Icaro podría obtener en la muerte.



Y se volteó hacia el portal, Malyaurigibiex, mientras que pensaba que alguien debia "Encargarse" de esos Heroes decididos a destruir el corazón del Principe Oscuro....
... Pensando eso, se internó en el Destino de Todas las Almas, sin saber que sus acciones, y no las almas, le habian deparado un destino mucho peor de los que Icaro jamás habría podido obtener.











Dedicado a aquellos que volaron mas cerca del Sol de lo que debían. :)
Una breve historia en 6 episodios que escribi a inicios de año... Me gustó bastante, aunque creo que le falta trabajo :S
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klaussius's avatar
Está muy bien, muy bien =)

A mis favoritos, con y sin tu permiso ^^